La galería Alba Cabrera inauguró por primera vez en su espacio la obra de la artista valenciana M. Ángeles Aguilera con su exposición ‘Polyhedral Fragmentaciones de un espacio’. La cita fue el jueves pasado. Se exhiben un total de 29 obras de gran, mediano y pequeño formato donde se emplean técnica mixta sobre metacrilato, óleo sobre lienzo, dibujo y serigrafía.
Para la ocasión Manuel Martínez Torán, Dr. en Bellas Artes y profesor de Diseño en la Universitat Politècnica de València ha realizado una reflexión acerca de la obra de M. Ángeles Aguilera que os adjuntamos a continuación.
Polyhedral. Fragmentaciones de un espacio
La obra de Mª Ángeles Aguilera se inscribe dentro de la que sería una larga tradición de artistas y pensadores que han explorado la relación entre el espacio y la identidad. Su proyecto sobre el Mercado Central de Valencia no solo reivindica la arquitectura como testimonio de la memoria colectiva, sino que también la convierte en una herramienta para cuestionar la homogeneización de las ciudades contemporáneas.
En este sentido, su trabajo puede leerse en diálogo con las ideas de Walter Benjamin, quien, en su estudio sobre los pasajes parisinos, exploró cómo la arquitectura influye en la percepción y la experiencia urbana 1 . Al igual que Benjamin analizaba los pasajes como espacios de modernidad emergente, Aguilera convierte el mercado en una suerte de contra-escenario frente a los ´´no lugares´´; descritos por Marc Augé, y mencionado por la artista, donde el anonimato y la falta de historia desdibujan la identidad individual y colectiva.
2. Desde una perspectiva de arquitectura emocional, Aguilera plantea una mirada sobre los espacios no solo como estructuras físicas, sino como escenarios que despiertan vivencias y memorias en quienes los habitan. Su trabajo pictórico sugiere que la arquitectura no solo moldea la ciudad, sino también las emociones y relaciones humanas que en ella se desarrollan. Esta visión entronca con los postulados de Juhani Pallasmaa, quien defiende que la percepción arquitectónica involucra todos los sentidos, no solo la vista, generando una experiencia inmersiva y sensorial.
3. Su técnica pictórica, en la que fragmenta y recompone elementos arquitectónicos, recuerda al cubismo de Robert Delaunay y su exploración de la luz y el movimiento en la ciudad, así como los evidentes guiños visuales a las señas del constructivismo ruso. En obras como Polyhedral; o Cúpula Especular;, la superposición de planos genera una sensación de dinamismo, como si el espectador estuviera recorriendo el mercado en un estado de percepción alterado, donde cada ángulo y reflejo sugiere una nueva narración del espacio.
Por otro lado, la obra de Aguilera también reflexiona sobre la «mirada´´; como acto de consumo y contemplación. En una era donde los espacios urbanos tradicionales han sido absorbidos por el turismo masivo, los mercados han pasado de ser centros de intercambio local a convertirse en productos turísticos, vaciando en ocasiones su función original. Sin embargo, su pintura propone una alternativa: recuperar la mirada contemplativa, esa que se adentra en las infinitas posibilidades formales del espacio y permite una conexión más profunda con el entorno. Más allá de la estética, la obra de Aguilera es una reivindicación de la importancia del espacio público como lugar de interacción social. En una era dominada por la virtualidad y la estandarización arquitectónica, su pintura nos recuerda que los espacios físicos siguen siendo fundamentales para la construcción de comunidad y memoria.
En este sentido, su obra está en sintonía con la teoría de Henri Lefebvre sobre la «producción del espacio´´; donde la arquitectura no es solo un contenedor, sino un elemento activo en la configuración de las relaciones humanas. 4 En definitiva, la exposición de Aguilera no es solo un ejercicio pictórico, sino un manifiesto sobre la necesidad de repensar la ciudad y sus espacios de convivencia. Su capacidad para conjugar técnica, teoría y sensibilidad urbana la sitúa como una voz, que puede ser relevante dentro del joven arte contemporáneo, que en Valencia tiene muy buenos exponentes. Júzguenlo ustedes viendo su obra.
1 Benjamin, W. (2018). Iluminaciones (Aguirre, J y Blatt, R., Trad.). Taurus. (Trabajo original
publicado en 1955).
2 Augé, M. (1992). Los no lugares: Espacios del anonimato. Gedisa.
3 Pallasmaa, J. (2005). The Eyes of the Skin: Architecture and the Senses. Wiley.
4 Lefebvre, H. (2013). La producción del espacio. Capitán Swing Libros. (Trabajo original
publicado en 1974).
Manuel Martínez Torán
Dr. en Bellas Artes
Profesor de Diseño en la Universitat Politècnica de València