La Costa Alicantina, rica en Gastronomía

Las localidades alicantinas de la costa, fueron pioneras en el turismo. Sus playas fueron un importante reclamo a la hora de que los turistas extranjeros o nacionales pudieran disfrutar de unas aguas limpias, cristalinas.

Y ese turismo del que gozaron en las décadas de los 60, 70 y buena parte de los 80 hizo que tanto su hostelería como los alojamientos se cuidaran para ofrecerles unos servicios de calidad y que estuvieran en consonancia con la calidad de las aguas y las playas que encontraban a su llegada.

Xàbia, Calpe o Altea son algunas de esas localidades que pueden presumir de ofrecer una gastronomía de tanta calidad como las playas o calas que encuentras en su costa.

Llama la atención que en la localidad de Altea, descubras Ca Joan, un asador que podríamos aseverar que se está entre los mejores de España.

El responsable es Joan Abril, un emprendedor hostelero que hace años decidió dejar el local de sus padres para tener un establecimiento propio. Y fue un asador lo que decidió abrir para la sorpresa de sus vecinos y amigos, que esperaban una arrocería.

Desde el primer momento Joan se desmarca de los asadores próximos y buscó en las carnes de largas maduraciones una forma de conseguir esa singularidad, que con el paso del tiempo le ha hecho convertirse en un gran experto.

Las vitrinas que encuentras a la entrada desvelan la gran notabilidad de sus cintas, la mayoría de Rubia Gallega o buey. Lomos Altos, Bajos, Entrecot o solomillo son las carnes que llegan a sus relucientes y limpias parrillas, que se encuentran cálidas gracias a las brasas de carbón que utiliza en la elaboración.

Carnes impecables, sabrosas y sorprendentes gracias a los matices que encontramos conforme vamos cortándola. En ellos encontramos sabores complejos; toques lácteos, sabores a setas, orejones y sobre todo mucha intensidad.

Pero Joan ha sabido rentabilizar las brasas, y muchos de los productos que ofrece se elaboran a la brasa: calamar, sepietas, berberechos y una larga lista de pescados cuya oferta dependerá de la pesca que las barcas hayan hecho esa misma tarde.

Entre las entradas no se pueden olvidar de la hueva o la mojama de Almadraba, de la cecina o de la ensalada de tomate de El Perelló con ventresca.

Buena bodega y un excelente servicio comandado por Toni y Quico, secundado por el resto del equipo.

Además de comedor principal también podrán encontrar una acogedora terraza, ideal para cenar en verano.

 

A escasos kilómetros encontramos Calpe, una localidad que posee tres restaurantes con Estrellas Michelín: Beat, Audrey’s y OroBianco.

Tres restaurantes, tres cocineros y tres estilos diferentes, muy personales y con un alto grado de profesionalidad.

José Manuel Miguel volvió de París para hacerse cargo de las cocinas de Beat, un local que consiguió la Estrella en la última edición de la publicación.

Desde el principio, José Manuel ofreció una cocina de gran personalidad, basada sobre todo en el el producto de temporada y proximidad.

Y esa naturalidad en sus propuestas fue sin duda lo que llamó la atención de los inspectores de la Michelín.

OroBianco es otro de los restaurantes que el año pasado tatuó el Asterisco Rojo en su puerta.

Fue el cocinero Enrique Croatti quién la sumó pero desde hace unos meses, es Ferdinando Bernardi (el que fuera su jefe de cocina) el que se ha hecho cargo del establecimiento.

Desde el primer momento Ferdinando ha mantenido la línea de trabajo que marcó Enrico. Influencia creativas, bajo una visión minimalista y cuidada.

Cocina y platos decorados con mimo, ricos en color y por supuesto en sabor y delicadeza.

Junto a Ferdinando encontramos a Heguer Castellanos que ha tomado el testigo de Paride Mecarani en la sala de OroBianco.

Y por último Audrey’s, dónde Rafa Soler consiguió la Estrella en el 2017. Rafa ha desarrollado una cocina de mercado con la riqueza del producto que le rodea.

Influencias del Mediterráneo en sus platos, en el que ha sabido desarrollar una actualización de recetas, con sabiduría y buen gusto.

La sala mantiene un gran nivel en todo momento.

Hasta hace unos años, la Michelín tenía completamente olvidada a la localidad marinera de Xàbia, una sensación que se rompió en 2014 cuando premió al restaurante Bon Amb con el apreciado símbolo.

Alberto Ferruz en cocina y Pablo Catalán en sala fueron los responsables, manteniendo un alto nivel en todas sus actuaciones. Y por ello, hace dos años, aumentaron su categoría Michelín al conseguir el Segundo Logo Rojo.

Alberto ha realizado importantes platos bajo la mirada del Mediterráneo y los salazones, la base de las propuestas de esta temporada; felicidades.

Y por último El Rodat, donde Nazario Cano consiguió la Estrella en la pasada edición.

Nazario ha encontrado la paz y la tranquilidad que necesitaba para desarrollar su cocina basada en una gran técnica, y una meditada y cuidada elaboración.

Una cocina de ámbito minimalista, basada en el sabor y el efecto visual de una cuidada presentación.

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ALTEA: CA JOAN 

CALPE: AUDREY’S  BEAT  OROBIANCO

JÁVEA: BON AMB  EL RODAT

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