El chef valenciano Eduardo Espejo y el metre Ricardo Espíritu se embarcan en esta nueva andadura incendiaria en pleno centro de Valencia
La Gran Vía de Valencia ya tiene un nuevo vecino. A escasos metros del Mercado de Colón y en una de las esquinas más emblemáticas del centro de Valencia, nace Flama. Un restaurante gastronómico a manos del conocido Chef valenciano Eduardo Espejo y el destacado metre Ricardo Espíritu.
Tras años de trabajo en otros grandes grupos restauradores de la ciudad, Espejo y Espíritu emprenden, promovidos por su pasión por la gastronomía y la amistad que les une, esta aventura que definen como “la vuelta a los orígenes más primitivos de la cocina”. Un tipo de cocina que han querido bautizar como woodfired kitchen.
Flama es cocinar con fuego, con brasa. Una técnica que nos transporta un millón de años atrás, cuando las tribus de Homo Erectus descubrieron que con productos frescos y fuego se conseguía un aroma único que se convertiría en un sabor todavía mejor y que serviría, por tanto, en comida jugosa, sabrosa y apetecible. Una combinación de técnica, experiencia, pasión y producto de calidad, que todo junto y expuesto sobre la incandescencia de las brasas, el humo y los jugos de los propios alimentos, se consigue crear una de las cocinas más apreciadas en todo el mundo.
Es ahí donde, mimetizada con el interiorismo del espacio y rodeada de barro cocido y madera carbonizada, se esconde una presuntuosa y llamativa parrilla hecha a medida para el restaurante, que se convierte desde ya en la protagonista indiscutible de Flama. Un escenario perfecto que protagonizará, a su vez, el Chef Eduardo Espejo y todo su equipo de cocina.
El restaurante, que tiene un aforo aproximado de 33 personas, pretende convertirse en un lugar íntimo de culto al producto fresco, de proximidad y cocinado bajo una perspectiva respetuosa con la que se potencia los sabores auténticos y reales de cada producto.
La carta, que se presenta con un gran número de entrantes fríos y calientes, pescados, carnes y sugerencias del día, muestra la gran pasión por la pesca de Eduardo Espejo, ya que cuenta con una indudable mayor presencia de pescados, mariscos y moluscos.
Respecto al interiorismo, se ha trabajado con Nihil Estudio. Inspirados en el propio concepto de esta cocina, la brasa, Flama se caracteriza por la mezcla de materiales y texturas naturales, trabajados de manera artesanal como el barro cocido, la madera carbonizada, el granito, los tejidos y el metal. Un espacio formado por un salón y una zona de barra para disfrutar de la cocina en vivo. La cocina es la protagonista y esa pretenden que sea su seña de identidad.
Tanto los materiales, la iluminación y el mobiliario, de marcas valencianas cómo Capdell, Maora Ceramic y Arkos Light, juegan un papel fundamental en el restaurante, manteniendo un punto intermedio de intimidad, tranquilidad y bienestar otorgándole todo el protagonismo a la agresividad y fuerza de la parrilla (el epicentro de Flama).
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