La bodega sigue innovando en su actividad enoturística tras haber sido reconocida en 2022 con un Solete de la Guía Repsolinca.
Cuando en 1996 la familia Hernáiz adquirió la propiedad que había pertenecido a Eugenia de Montijo, última Emperatriz de Francia, se comenzó un proyecto centrado exclusivamente en la elaboración vinos que fueran la máxima expresión de esta singular finca ubicada en los límites del territorio de la DOCa Rioja. Sin embargo, ya en ese entonces los Hernáiz sabían que la finca tenía potencial para mucho más.
Desde entonces, los hermanos Eduardo y Víctor, han defendido con solidez un proyecto familiar marcado por el respeto a la historia de la finca y a su viñedo, que han sabido llevar a sus elaboraciones vitícolas, pero también a una actividad enoturística personal, distintiva y muy diferente a lo que es habitual encontrar en la región.
